El sábado me sucedió un suceso paranormal, me abracé con una desconocida... pero emulando al gran Albert Espinosa, mejor os lo cuento al final de la entrada.
De mayor quiero ser asturiano, paisano amables, atentos, agradables y por mi experiencia profesional en el trato con alguno de ellos buenos profesionales y excelentes amigos. Nos han tratado de maravilla en el hotel, en el pabellón deportivo, en bares y restaurantes... y por supuesto hemos comido de lujo: fabes al estilo montañés, fabes con centollo, cachopo...
Acudimos al Campeonato de España Cadete en Pista cubierta con nuestra atleta: Marta Cepeda Pérez en los 1000m y del resto de extremeños: María Murciano y David Gil en los 1000m, David Casquero en los 600m y Carlos Jiménez en altura, los cinco extremeños que han conseguido marca mínima para poder acudir. Una pena enterarnos allí de la presencia de Carlos, que se alojó en otro hotel, ya que estar juntos une mucho, da sensación de equipo y es más enriquecedor. Entrenadores y familiares completamos el pequeño, pero gran grupo, incluida la benjamina Carla en su carrito, que se portó fenomenal.
La mañana del sábado fuimos a confirmar, recoger credenciales y tomar contacto con la pista. Se notaba en el ambiente los nervios y la ilusión de los jóvenes atletas.
Después del calentamiento, a las 17:00, el primero en entrar en acción fue el Sanvicenteño David Casquero, en la 1ª semifinal de los 600m. A pesar de no contar con una de las mejores marcas salió valiente tirando del grupo, pero no le acompañó la suerte, un pisotón le dejo sin zapatilla, teniendo que correr gran parte de la carrera descalzo y perdiendo posiciones paulatinamente, entrando en meta en 8ª posición en 1:34.60.
A las 17:00 tomaba el relevo David, uno de los dos representantes del Clud Almendralejo, en la 1ª semifinal de los 1.000m. A pesar de luchar en las primeras vueltas dentro del grupo, el frenético ritmo impuesto desde el inicio en esta serie y sobre todo la falta de entrenamiento en las últimas semanas por problemas musculares, le hizo ir perdiendo posiciones y entrar en 9º lugar con un tiempo de 2:55.93.
A continuación se disputaron las semifinales de los 1.000m femeninos. La primera en entrar en acción la sonriente y simpática berlangueña María Murciano, en la 1ª semifinal. Había que quedar entre las tres primeras o con los tres mejores tiempos para pasar a la final, lo cual era complicado. Otro objetivo era mejorar marca y conseguir la mínima de 3:09 para la pista de verano. Como siempre salió a darlo todo en los primeros puestos, llegando finalmente en 8ª con un tiempo de 3:15.00, pero tiene la mínima al alcance de su zancada.
De postre teníamos cerezas del Valle del Jerte y Marta salió perfecta en la 3ª semifinal de los 1.000m, situándose en segunda posición, eludiendo codazos, pisotones y caídas (hubo muchas en la mayoría de las carreras) En todo momento transmitió su control sobre la carrera, manteniéndose en segunda posición hasta el toque de campana, donde atacó para finalmente dejarse llevar en la recta de meta, guardando fuerzas para la final del día siguiente. Su tiempo fue 3:09.80.
A las 12:30 comenzaba la final de salto de altura. Carlos Jiménez del At Diocles superó a la primera la altura de 1,64. A la segunda los 1,68. A pesar de tener una marca de 1,72 realizó tres nulos en esta altura, quedando en una estupenda 9ª posición. No tengo mucha idea en esto de la altura, pero algo me dice que este chico tiene mucho margen de mejora.
A las 12:40 horas del domingo volvió a saltar a la pequeña pista cubierta ovetense, de 180m, "la Gacela del Valle". De nuevo salía rápido, colocándose en cabeza y relajando el ritmo de la prueba. Rápidamente, después de la primera curva, la madrileña María González se colocaba en cabeza, imponiendo un fuerte ritmo. Salió respondiendo a su ataque Enma Gómez del Playas de Castellón y Marta mantuvo la 3ª posición. A mitad de la prueba Marta se colocó segunda. María continuaba aumentando el ritmo, seguida de Marta, descolgando a Enma y Alicia Ábalos del Valencia Terra i Mar. Antes de la última curva Marta lanzó un ataque definitivo, estábamos seguros de su victoria, saltamos y nos abrazamos con una inmensa alegría, mientras entraba destacada en meta con un tiempo de 2:59.04, proclamándose CAMPEONA DE ESPAÑA en su primer año de participación.
Como os contaba al principio es extraño como podemos llegar a abrazarnos con una desconocida. Al comenzar las semifinales de los 1000 metros me siento identificado con los nervios y sensaciones contrapuestas de sufrimiento y disfrute, de disfrute y sufrimiento de una compañera de grada.
Le pregunto : - ¿Tienes algún familiar que compita?
- Sí, mi hija Alicia Ábalos. Me responde.
- ¡Ostras! Es la que viene con la mejor marca; 2:58. Yo también tengo a mi hija Marta Cepeda.
- ¡Anda! Si la tuya tiene la segunda mejos; 3:00.
- ¿En qué serie corre?
- En la seguda. ¿Y Marta?
- En la tercera. Mejor así las podemos animar a las dos.
En los segundos previos al pistoletazo de salida, su madre nerviosa desea en voz alta que Alicia tenga una buena salida, evitando empujones y caídas. Al poco de comenzar la carrera Alicia se enfrenta al infortunio de la Pista Cubierta. Un pisotón provoca su caída y la perdida de una zapatilla. Su madre se desespera en la grada, maldice la mala suerte y grita animando a su hija. Alicia se levanta y continúa corriendo sin la zapatilla a unos metros de distancia del resto de atletas. Trato de calmar a su madre, ya que se percibe que puede alcanzar al grupo, pero es mejor si no se precipita y lo hace poco a poco. Es de admirar la capacidad de Alicia de realizar la remontada de forma progresiva, a su edad no es normal. Finalmente, remonta en el tramo final y entra segunda en meta, clasificándose para la final. Su madre, con lágrimas en la cara y yo conteniendo las mías de la emoción y del contagio sentimental, nos fundimos en un sentido abrazo sin conocernos prácticamente de nada. Estoy seguro que será el principio de una gran amistad, ya que a pesar de que Alicia pago el esfuerzo realizado en la final, entrando 4ª en meta, estoy seguro de que el futuro le deparará grandes momentos en el mundo del atletismo y nos volveremos a encontrar en próximos campeonatos. Historias como esta son las que hacen que amemos cada vez con más intensidad este maravilloso deporte, en el que los rivales se convierten en grandes amigos.
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